¡Vé, lo que aprendió Paula si está sirviendo!

Vivo cerca de Bello, Antioquia. Mi formación es en derecho. Trabajo con la Confraternidad Carcelaria de Colombia desde 2017, empecé como voluntaria en 2016 y conocí los programas de la confraternidad en los procesos de justicia restaurativa en la cárcel de Bellavista. Yo no sabía nada de acción Noviolenta, había escuchado de acción sin daño, pero no más, por eso quise aprender para ayudar a que la sociedad sea mejor, partiendo de mi por supuesto que soy impulsiva, muchas veces estoy a la defensiva. Quería aprender y entender que era eso.

¡Vé, lo que aprendió Paula si está sirviendo! Paula Cristina Gallego Quintero participó en la Escuela de Acción Noviolenta de DiPaz en Medellín, en este grupo compartió su experiencia y su vida con 21 compañeros y compañeras más. Durante 18 meses asistió a las sesiones, puso en práctica lo que aprendió en la ESAN y lo aplicó en su trabajo con la Confraternidad.

Del trabajo con los privados de libertad y con la Escuela de Acción Noviolenta he aprendido a ser más humana, a aprender de la experiencia, a ser tolerante y no hacer juicios de valor sobre lo que las personas están viviendo, porque uno encuentra seres humanos con una historia; que no justifica las acciones que hace daño; pero si se evidencian unos problemas estructurales de la sociedad. Ellos están en abandono, en exclusión y se ven a sí mismos como lo peor.

Uno empieza a decirles que son importantes, que son capaces de hacer cosas que otros no, ellos comienzan a cambiar y a valorar las cosas, a evaluar sus comportamientos y cambiarlos. Hace tiempo les dijimos a un grupo que la psicóloga y yo sentíamos admiración por ellos. – ¿Y por qué? – ¿Y por qué no? – ¿No ve lo que somos? Unos malos, hicimos cosas malas, nos merecemos esto. – Ustedes acá están en unas condiciones que nadie soporta, no tienen espacio digno, comen mal, soportan mucho, hay cantidades de cosas que si ustedes descubrieran su capacidad también se sentirían orgullosos.

Comenzamos a conversar y los ojos les cambiaron, levantaron los hombros, como que se sintieron importantes y capaces. Eso es muy bonito porque uno ve que la gente sí puede cambiar, que la única salida no es enviarlos a la cárcel y esperar, uno ve que hay muchas cosas que se pueden hacer y así uno aporta con cambios concretos.

La Confraternidad Carcelaria de Colombia hace presencia en 106 prisiones alrededor del país, lugares en los que vienen realizando desde mediados de los años setenta programas que apuntan a acompañar a las personas privadas de libertad que contribuyan a transformar sus vidas y a fortalecer su relación con Dios.

Los programas sobre justicia restaurativa que realizan desde 2004, impulsan el encuentro entre víctimas y prisioneros, ya sean excombatientes de las FARC o autodefensas quienes visitan a las comunidades víctimas de la violencia para comenzar un camino de reparación y contribuir a la paz. El módulo de hermenéutica bíblica fue muy bueno. Nos pidieron que replicáramos el taller en nuestro trabajo y fue algo muy bonito.

Comenzamos a leer y a hablar de cómo Jesús cambió muchas situaciones de su cotidianidad con acciones noviolentas y la reacción fue especial. Ay profe y yo que ayer me agarré a puños con otro por una bobada – dijo uno de ellos. Y comenzó a evaluar su acción y todos comenzaron a conversar y trabajar sobre eso. La conclusión fue que podemos enfrentar de otra manera el conflicto. Y eso se vio después en las actitudes de ellos.

El primer módulo de sistematización… ese módulo me inspiró para seguir adelante con un proyecto que no veía forma de hacerlo, después veía que el cambio si es posible, que va generando un impacto y que va generando fruto. La ESAN fue una inspiración desde la primera clase hasta la última clase. Cambios… ¡claro!. Los cambios no han sido solo para mi trabajo.

En mi familia también viví episodios de violencia. Yo comencé a aplicar lo que aprendí en la Escuela de Acción Noviolenta hasta el punto en que aportaba mucho a resolver esos problemas. Al final en mi familia decían… ¡Vé, lo que aprendió Paula si está sirviendo! Uno en su vida tiene un proceso de transformarse porque todos los días aprendemos. Hay momentos que marcan esas experiencias, cada módulo, cada tema, era cuestionarse a uno mismo.

No solamente se trata de entender el conflicto colombiano, es pensar como persona en cómo me enfrento a las situaciones, cómo generar acciones que puedan resultar en cambios para mejorar, es ponerlo en práctica. Es manejar un conflicto sin escalarlo y que no pierdan valor las personas involucradas. Incidir de otra forma. Pero necesitamos es conocimiento para hacerlo. ¡Todos deberíamos pasar por la Escuela de Acción Noviolenta!

*Tomado de la resvista de la Escuela de Acción Noviolenta

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