‘Todos hagamos país’

mural de la casa de entrada

Este 4 de marzo la Corporación Universitaria Reformada, CUR y la Iglesia Presbiteriana, organizaciones pertenecientes al Diálogo Intereclesial por la Paz, DIPAZ, se dieron cita en el antiguo ETCR de Tierra Grata, Cesar, con el objetivo de seguir acompañando este proceso y conocer los avances en infraestructura y organización.

Por Carolina Toro

Valledupar, Cesar. Una calle polvorienta y estrecha nos recibe. Están ahí, expectantes con una amplia sonrisa y aferrados a sus sueños, los habitantes de Tierra Grata, Cesar, un antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reconciliación (ETCR), que siguen luchando por lograr un lugar en el que ex – combatientes y familiares puedan vivir en paz, trabajar dignamente, alcanzar sus nuevos proyectos de vida, estudiar y demostrar que siguen firmes en el pacto de paz firmado. Su meta es la reincorporación colectiva.

tierra grata entrada ‘Todos hagamos país’
Foto de la casa de entrada. Archivo DiPaz.

De a poco nos bajamos del vehículo, nos vamos reuniendo y hacemos una breve presentación con una taza de café que no humea. Empezamos a recorrer el camino lleno de piedras y esperanzas. Se habla poco, con tanto calor las palabras se enredan al salir.

Tierra grata taller bloques ‘Todos hagamos país’
Taller de bloque de tierra compactada. Foto Carolina Toro. DiPaz

El sol nos acompaña y el sudor resbala. Llegamos a la carpintería. Un espacio con un toldo; dos máquinas de cortar. En el momento no hay nadie. Félix, nuestro guía, nos explica que solo trabaja una persona y que en este momento está en el campamento, al lado del río, en otras actividades. Nos cuenta que allí, se van a fabricar todas las estructuras de madera necesarias para el ambicioso plan de vivienda comunitario.

Obtuvieron de la Unión Europea un proyecto de vivienda, para construir 150 casas. Es su apuesta principal y van sorteando dificultades. Compraron el terreno, están fabricando ladrillos, construyeron un pozo, llevaron con una extensa manguera el agua, crían pollos, siembran y apuestan por tener condiciones de vida digna.

Luchan por vencer la estigmatización con dos estrategias: trabajar de la mano con las comunidades aledañas en proyectos beneficiosos para todos, como el acueducto y la electricidad, para devolver la confianza; y, reconstruir paso a paso un nuevo tejido social en donde “todos hagamos país”.

Tierra grata cambuches ‘Todos hagamos país’
Replica de un campamento de la antigua guerrilla extinta de las Farc – EP. Archivo DiPaz.

Seguimos avanzando con Felix como guía. Es un hombre de aspecto humilde, entrado en años, con ojos azules. Su piel refleja el impacto del rigor del clima, que afrontó toda su vida en las filas de la extinta guerrilla de las Farc-Ep. Ahora es uno de los guías del emprendimiento de Ecoturismo que tiene Tierra Grata y, con cual, buscan atraer turistas que quieren conocer y comprender la realidad del conflicto colombiano y la reincorporación.

El explica, de primera mano, cómo era la vida itinerante en un campamento guerrillero y cómo se construye ahora la paz en medio de las vicisitudes de forjar proyectos en tierras temporalmente arrendadas, que ya completan tres años, en esperar de la anhelada propiedad de la tierra y hacer realidad los proyectos colectivos, espina dorsal del Acuerdo Final de Paz. Las personas reincorporadas le apuestan al “nunca más”, a la paz, a la democracia y a las garantías de acceso a derechos.

Una historia que tienen plasmada en las paredes de la Casa de la Memoria. Un espacio que busca reconstruir, con tantos fragmentos dispersos, la memoria de un conflicto de más de cincuenta años. Un espacio que le apuesta a la no repetición, a comprender y recordar, a no olvidar, y empezar un nuevo proyecto común de vida, dejando atrás todo lo que conocían para arrancar de cero.

Tierra Grata Casa memoria ‘Todos hagamos país’
Casa de la memoria de Tierra Grata, Cesar. Foto Carolina Toro. DiPaz

No es fácil, todos lo dicen, pero no hay marcha atrás. Cuando llegaron a Tierra Grata empezaron a construir una nueva historia en un terreno árido de 24 hectáreas, sin energía, sin acueducto. Caluroso y desértico. Le ayudaron al contratista del gobierno a construir unas habitaciones provisionales, que ya completan tres años. Desde entonces, todo lo han hecho a pulso, con la tenacidad de sus habitantes, que ante cada obstáculo que han encontrado, siempre han buscado la manera de sortear las dificultades.

Y no es para menos. Terminando el recorrido, Feliz nos explica que Tierra Grata es su tierra, están aferrados a ella y pese al poco apoyo gubernamental que han obtenido han construido una tienda, un restaurante, un aula de clase, un centro de cómputo, un jardín infantil, una malika, un taller de confecciones, otro de ebanistería y otras tantas cosas. Como dice uno de sus habitantes: “El que viene por acá, se amaña”. La mayoría de las cosas que tienen las han construido con el apoyo de la cooperación internacional y la convicción de que pactaron la paz.

Tierra Grata jardin ninos ‘Todos hagamos país’
Guardería para los más de 40 niños de la ETCR de Tierra Grata, Cesar. Foto: Carolina Toro. DiPaz.
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