A casi nueve años de la firma del Acuerdo de Paz entre las antiguas FARC-EP y el Gobierno colombiano, la vereda Tierra Grata, en Cesar, sigue avanzando en su proceso de reincorporación. En este camino, la convivencia y el desarrollo han sido pilares fundamentales para consolidar un modelo de vida comunitaria basado en la participación democrática y la autonomía.
El Diálogo Intereclesial por la Paz (DiPaz) ha acompañado de cerca este proceso en el antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR). A través de visitas y diálogos, ha podido conocer de primera mano las apuestas de los firmantes de paz y las comunidades vecinas para fortalecer la convivencia y mejorar sus condiciones de vida.
Uno de los avances más significativos ha sido la construcción del Plan de Vida Comunitario, una hoja de ruta que integra enfoques diferenciales, de derechos y generacionales. Su objetivo principal es “mejorar las condiciones de vida de todos sus habitantes, teniendo en cuenta enfoques diferenciales, de derechos y generacional, definidos desde la más amplia participación democrática y autónoma”.
Liderazgos y desarrollo desde la base
El desarrollo en Tierra Grata se concibe desde una visión endógena, donde el liderazgo comunitario desempeña un papel clave. A lo largo de estos años, los habitantes han asumido el reto de enfrentar los desafíos de la reincorporación, consolidando soluciones innovadoras que fortalecen la autonomía y la estabilidad de la comunidad.
Uno de los hitos más importantes es la Ciudadela de Paz, un proyecto habitacional con 149 viviendas proyectadas, de las cuales 70 ya han sido construidas y 30 están habitadas. Además, el crecimiento poblacional ha sido significativo, con más de 50 niños y niñas nacidos en este territorio y la llegada de familiares que se suman a la construcción de esta nueva etapa.
Participación y organización comunitaria
El plan de vida comunitario ha sido posible gracias al trabajo de diversos comités que han diagnosticado necesidades y propuesto soluciones en áreas como salud, deportes, género, turismo, vivienda, seguridad, entre otros. Luego de esta etapa de planificación y socialización con la comunidad, el siguiente reto es gestionar la articulación con instituciones que permitan materializar estos proyectos.
Este ejercicio ha fortalecido el tejido social y ha reafirmado el compromiso de Tierra Grata con la paz territorial. La solidaridad, el trabajo colectivo y la unidad siguen siendo valores esenciales que permiten a la comunidad avanzar en su proceso de reincorporación y consolidar un modelo de vida digno y sostenible.
Este ejercicio participativo es un pilar fundamental en el proceso de reincorporación que los firmantes de paz y sus familias han construido desde la firma del Acuerdo de La Habana en 2016. A lo largo de este camino, han enfrentado numerosos desafíos, obstáculos y dificultades. Sin embargo, también han logrado desarrollar soluciones innovadoras que han fortalecido la comunidad y convertido este proceso en un ejemplo valioso de resiliencia y construcción de paz.
Tierra Grata, una comunidad que le sigue apostando a la vida, la convivencia y el desarrollo comunitario.

Elina Cristina Vargas
Dinamizadora Regional Caribe