La Semana Santa para los cristianos es un símbolo lleno de muchos significados donde se evidencian señales de un pueblo que mantiene la esperanza y el clamor por una vida digna que permita vivir en paz, a la vez que muestra la realidad de las violencias que sufren las comunidades y quienes se comprometen en la construcción de experiencias alternativas de convivencia en paz. En esta semana de muchas contradicciones que narran los evangelios podemos observar la forma como Dios interviene en la historia para mostrar a favor de quienes está.
El Domingo de Ramos los evangelios muestran un pueblo sometido por la violencia, pero lleno de esperanza que clama Hosanna-sálvanos, al ver a Jesús entrar a Jerusalén, a quien identifican como profeta y salvador (Mateo 21:9-11). En los siguientes días de la semana Jesús se dedica a ensañar a diversos grupos mientras los jefes de los sacerdotes y las autoridades buscaron la forma como arrestarlo para matarlo (Mateo 26:3-4). Finalmente logran que Judas, uno de sus seguidores de confianza lo traicione por dinero y se los entregue (Mateo 26:14-16).
Luego de ser arrestado Jesús es sometido a juicio por las autoridades que usan pruebas falsas para condenarlo a muerte (Mateo 26:59-60). Como no logran su propósito de condenarlo en este juicio los sacerdotes y las autoridades persuaden a la multitud para que pidan dejar en libertad a Barrabas, un condenado por insurrección (Lucas 23:19) y que Jesús sea ejecutado en la cruz para impedir que su movimiento se continuara extendiendo (Mateo 26:20). De esta manera pareciera que la ejecución de Jesús en la cruz es el fin de la esperanza de quienes construyan alternativas de paz por medio de la no violencia y la búsqueda de nuevas relaciones donde lo central es la justicia entre los seres humanos.
Aquí podemos observar todas las formas de violencia con las cuales se somete y controla a las comunidades por parte de quienes tienen poder político, económico y militar para detener a quienes como Jesús se atreven a iniciar y liderar la construcción de experiencias de anunciar y vivir la buenas nuevas de paz a partir de la organización de nuevas relaciones comunitarias y sociales donde los empobrecidos son protagonistas.
Esta forma de ejercer la violencia se continúa reproduciendo en nuestro tiempo contra las comunidades y las personas lideres de los procesos de paz en Colombia y en otros lugares de nuestro mundo. Esto explica la razón por la cual en los conflictos sociales y armados son perseguidos y asesinados las personas constructoras de paz que buscan justicia para las víctimas y quien defienden los derechos humanos y de la naturaleza.
La novedad de los evangelios es que la semana santa no termina el viernes con la crucifixión de Jesús y sus seguidores escondidos. Un grupo de mujeres, que en el tiempo de Jesús no eran contadas, son quienes empiezan a difundir la noticia de la resurrección, al comienzo los hombres no les creyeron, pero la experiencia del encuentro con el resucitado en la vida cotidiana ha permitido desmitificar que quienes tienen poder político y militar pueden acabar con los proyectos alternativos de construcción de vida abundante que permita vivir en paz. Según Leonardo Boff, la resurrección “Significa el rescate de la justicia y del derecho de los débiles, de los subyugados y deshumanizados como lo fue el Hijo de Dios cuando pasó entre nosotros.” 1
De esta forma la resurrección significa una revolución en todas nuestras relaciones de las cuales Jesús nos dio ejemplo donde lo central es trabajar por la dignidad y la vida de las personas y los grupos excluidos, la sanación y búsqueda de reparación y justicia para las víctimas, crear relaciones comunitarias de personas en igualdad de condiciones donde el poder no se acumule en un pequeño grupo de personas y se ejerza de manera colectiva como servicio sin hacer uso de la violencia.
Hoy en nuestro contexto las personas que profesamos la fe cristiana y seguimos el ejemplo de Jesús debemos insistir que la resurrección abre el camino para que podemos realizar procesos de transformaciones personales y sociales donde quienes trabajan por la paz y la búsqueda de justicia pueden vivir libre y sin miedo de ser perseguidos y asesinados.
El significado de la resurrección aplicado a las experiencias de paz que impulsan las comunidades y a los procesos de paz que se realizan con los grupos armados en Colombia y en otros lugares de nuestro mundo es un llamado a que pongan en el centro la protección de la vida de las personas lideres en las zonas rurales y las ciudades, quienes como Jesús siguen anunciando y comprometidas con experiencias de convivencia en paz a nivel comunitario y en sus relaciones con la naturaleza.
Por: Milton Mejía, pastor de la Iglesia Presbiteriana de Colombia y coordinador nacional de Dipaz.