Puentes de Fe: cómo el sector eclesial aporta en la construcción de paz en Antioquia

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El pasado 28 de noviembre, Medellín fue el escenario del conversatorio «Aportes y sinergias del sector eclesial en la construcción de paz territorial» que reunió a líderesas y líderes religiosos, representantes gubernamentales y de la sociedad civil para reflexionar sobre el papel de las iglesias y organizaciones basadas en la fe, para la promoción de la paz en una región históricamente marcada por la violencia.

El encuentro destacó el trabajo del Diálogo Intereclesial por la Paz (DiPaz), organizaciones basadas en la fe y la institucionalidad que, a través de su compromiso con la construcción de paz y acompañando procesos territoriales de diálogo y reconciliación. Estas iniciativas integran perspectivas espirituales y sociales, que brindan caminos de transformación en contextos de conflictos.

El conversatorio contó con la participación de varios ponentes, como Danilo Rueda, ex comisionado de paz, quien resaltó la importancia de analizar las múltiples causas de la violencia en la región antioqueña, para enfocar los esfuerzos de manera efectiva. Lo anterior, se entiende en cómo «los templos no solo protegen la vida, también son una forma de reconstrucción de las propuestas de la paz urbana». Además destacó el rol de las iglesias como facilitadoras de diálogo, que nos invitan a reflexionar sobre lo que somos, lo que fuimos y lo queremos ser, para entonces ver como logramos la reconciliación en un país polarizado y con problemas de desinformación y estructurales de violencia.

Para Wilmer Peláez, representante de la Secretaría de Paz y Derechos Humanos de la Alcaldía de Medellín, manifiesta la relevancia de espacios como el conversatorio «Aportes y sinergias del sector eclesial en la construcción de paz territorial», en un territorio profundamente afectado como «Antioquia que ha estado marcada por una violencia que ha fisurado nuestra memoria». De esta manera, se desarrolla un trabajo colectivo para sanar héridas históricas.

Desde la Gobernación de Antioquia, Sandra Castro, subrayó que la paz debe nacer desde el interior de las personas y vincularse al fortalecimiento de la cultura ciudadana, ya que «la paz tiene que ver con el territorio y con cómo fortalecernos nuestra convivencia desde la base», afirmó.

Por su parte, Mónica Restrepo, dinamizadora regional de DiPaz, compartió experiencias de reconciliación en las que el diálogo ha permitido superar heridas profundas, incluso en casos donde las víctimas y victimarios han logrado construir lazos de amistad «creemos que no hay crimen imperdonable; el perdón es real y es el primer paso hacia la paz», afirmó destacando cómo estás acciones transforman comunidades desde la coneción espiritual y social.

Para el pastor presbiteriano Isay Pérez, describió cómo el trabajo de DiPaz se centra en promover la justicia y la verdad como caminos hacia la reconciliación en Colombia. Asimismo, indica que el propósito se fundamenta en «la acción noviolenta y el acompañamiento a comunidades que nos acercan a una verdadera paz con justicia».

En ese contexto, Humberto Shikiya, enviado especial del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), recordó la importancia de abordar las causas estructurales del conflicto para garantizar una paz sostenible. A su vez, la representación a casi 600 millones de cristianos, en el trabajo del CMI para la implementación del acuerdo de paz en Colombia, ha promovido la participación ciudadana y la garantía de Derechos Humanos. De manera que «la paz sustentable no solo es necesaria, es imprescindible para las generaciones futuras».

Por último, según Diego Alejandro Meneses, del Comité Distrital Religioso, compartió su visión sobre la paz como un anhelo universal, desde perspectivas personales, sociales y políticas. «Todo lo que podamos sembrar, ayuda a cambiar el mundo», aseguró, haciendo un llamado a la acción colectiva.

El conversatorio concluyó con una sección de preguntas y mensajes esperanzadores que reafirmaron el compromiso de cada participante con la construcción de paz en Antioquia. Este espacio no solo evidenció el poder transformador del sector eclesial, sino que también demostró cómo el diálogo y la acción conjunta pueden ser herramientas fundamentales para sanar territorios, reconstruir memorias y promover la reconciliación.

«Estamos en la misma situación y la diferencia nos debe enriquecer, porque todos y todas nos comprendemos como parte de un mismo país», Danilo Rueda.

Por: Danna Robayo, comunicadora nacional de DiPaz

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