Bogotá DC, diciembre 22 de 2017
Pronunciamiento por los Asesinatos de Alexander Padilla y Gonzalo Martínez de Tierralta Córdoba
“¿No saben que ustedes son santuario de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Si alguno destruye el santuario de Dios, Dios le destruirá a él; por que el santuario de Dios es sagrado, y ustedes son ese santuario.” ( 1 Cor 3, 16-17).
Sólo pasaron cinco días para que se sucedieran los asesinatos de dos campesinos de Tierra Alta Córdoba.
El pasado 18 de diciembre una familia campesina, humilde, cristiana dio sepultura a su hijo; a su nieto, a un padre y hermano: Alexander Padilla. Indígenas y campesinos de Tierralta, Córdoba lo recordaron como un campesino humilde, dedicado a su familia que no tenía problemas con ningún miembro de la comunidad.
Alexander Padilla de 33 años de edad, fue asesinado el 15 de diciembre a las 10:40 am, según testigos presenciales, por el oficial adscrito a la brigada 16 del Ejército Nacional, Teniente Ferney Vega Padilla previas intimidaciones y amenazas de detención en su contra por transportar hoja de coca en la vereda El Limón. Alexander por temor intentó correr, pero fue alcanzado por un disparo en la espalda, ante los ojos de varios adultos y niños que se encontraban en el caserío. El hecho fue denunciado por la Asociación Campesina Para El Desarrollo del Alto Sinú (ASODECAS) miembro del Movimiento Marcha Patriótica y de la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina (ANZORC).
En compañía de observadores de Brigadas Internacionales de Paz, y con la presencia de la misión de la ONU para la verificación y con la Defensoría del Pueblo, logramos percibir además del fuerte dolor indignación, la conmoción de una comunidad campesina, que por situaciones económicas se vio obligada a plantar hoja de coca y que terminó atacada por miembros de las fuerzas militares que en teoría deberían ser los encargados de protegerles, cuando están en curso acuerdos de sustitución voluntaria de cultivos.
“Sólo esperamos que nos cumplan con lo que firmamos en abril, pero nos vienen y nos matan, no tenían que hacer lo que le hicieron porque tenemos firmado un compromiso, mire lo que pasó en Tumaco”, manifestó tristemente un campesino haciendo alusión el acuerdo colectivo para la sustitución voluntaria de cultivos de uso ilícito, del Programa Nacional Integral de Sustitución de cultivos de uso ilícito (PNIS), que firmaron las comunidades de Tierralta el cinco de abril del año en curso, del cual no se conocen avances significativos para su implementación.
Así mismo, DiPaz conoció del asesinato de Gonzalo Martínez por parte de paramilitares el pasado 20 de diciembre quien se desempeñaba como presidente de la Junta de Acción Comunal de Pechindé, corregimiento de Zaiza Tierralta, Córdoba y, tal como ha trascendido en medios de información, reincorporado a la vida civil en el marco de los acuerdos del gobierno con las FARC. El crimen ocurrió en el municipio de Carepa cuando se conducía el líder con miembros de su familia, entre ellos uno de sus hijos recién nacido, hacia su casa. El cuerpo de Gonzalo se evidenciaron signos de tortura.
Es evidente el temor para las y los campesinos que exigen entre otras cosas cumplimiento con el Punto 4 del acuerdo final. Recuerdan con dolor el 11 de enero de 2017, fecha en el que fue asesinado por paramilitares de las AGC, José Yimer Cartagena vicepresidente de ASODECAS quien venía liderando actividades de censo para el proceso del PNIS.
Desde nuestro rol de veeduría Humanitaria constatamos la ausencia de garantías para las comunidades que vienen promoviendo o hacen parte de la implementación de los acuerdos de paz en los territorios principalmente en lo pertinente al Plan de sustitución de cultivos de uso ilícito.
Rechazamos con indignación evangélica estos hechos contra la vida de estos hermanos e instamos al gobierno a adelantar las sanciones de orden disciplinario y facilitar el proceso de investigación de los hechos en los que están involucrados, el oficial Ferney Vega Padilla, para el caso de Alexander y paramilitares en el caso de Gonzalo, en áreas con alta presencia dela fuerza pública. Así mismo instamos a brindar las garantías necesarias para las y los campesinos que firmaron el acuerdo de sustitución de cultivos y que están comprometidos con la implementación de los acuerdos de paz.
Estos crímenes ocurren en medio de la indignación de las víctimas, defensores y defensoras de derechos humanos, la comunidad internacionales y líderes religiosos, ante las afirmaciones del ministro de la Defensa según las cuales “han sido fruto de un tema de lineros, de un tema de faldas, de un tema de peleas por rentas ilícitas”, contrariando las constataciones de las organizaciones que hacen presencia en los territorios, incluido DiPaz, en la que es evidente la responsabilidad de paramilitares llamados ACG, el perfil de líderes de muchas de las víctimas y la ocurrencia en áreas que han sido copadas por los paramilitares luego de la de la dejación de armas por parte de las FARC.
El anhelo de paz de las organizaciones sociales y campesinas de Tierralta no puede quedar ahogado por el miedo. Es el momento de fortalecer las acciones conjuntas para alcanzar una Colombia donde todos podamos vivir dignamente, como hijas e hijos de Dios.
Diálogo Intereclesial por la Paz DiPaz