Bogotá, Cundinamarca. “Las iglesias y organizaciones basadas en la fe que hacen parte de DiPaz, Comisión de Paz de CEDECOL, Mesa Ecuménica por la Paz, GEMPAZ, SICSAL Colombia y Diálogos y Fe; y la Red Nacional de Programas de Desarrollo y Paz, Redprodepaz, tienen un compromiso ineludible con la construcción de paz en el país, y han visto, oído y constatado lo que viven los territorios y el compromiso que allí se tiene frente a la implementación del Acuerdo de Paz. Por eso nos unimos para instar al próximo gobierno colombiano a la implementación integral del Acuerdo Final de Paz, acoger y promover el informe final de la CEV iniciar diálogos territoriales con el ELN y promover el espíritu de la Noviolencia para la transformación de conflictos”, dice la misiva.
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Las organizaciones ecuménicas que trabajan por la paz y los derechos humanos instamos al nuevo Gobierno: la implementación integral del Acuerdo Final de Paz; acoger y promover el informe final de la CEV; iniciar diálogos territoriales con el ELN y promover el espíritu de la Noviolencia para la transformación de conflictos
¡Ay de ustedes, que dictan leyes injustas y publican decretos intolerables,
que no hacen justicia a los débiles ni reconocen los derechos de los pobres
de mi pueblo, que explotan a las viudas y roban a los huérfanos!
¿Qué harán ustedes cuando tengan que rendir cuentas, cuando
vean venir de lejos el castigo? ¿A quién acudirán pidiendo ayuda?
Isaías 10:1-3
Bogotá, 13 de junio de 2022. Las iglesias y organizaciones basadas en la fe que hacen parte de DiPaz, Comisión de Paz de CEDECOL, Mesa Ecuménica por la Paz, GEMPAZ, SICSAL Colombia y Diálogos y Fe; y la Red Nacional de Programas de Desarrollo y Paz, Redprodepaz, tienen un compromiso ineludible con la construcción de paz en el país, y han visto, oído y constatado lo que viven los territorios y el compromiso que allí se tiene frente a la implementación del Acuerdo de Paz.
Por eso nos unimos para instar al próximo gobierno colombiano a la implementación integral del Acuerdo Final de Paz, que contempla una serie de medidas para abordar la construcción de la paz en los territorios más azotados por la violencia, incluyendo medidas de protección y el desarrollo de planes para contrarrestar la estigmatización y discriminación que sufren poblaciones vulnerables. También exhortamos a la sociedad civil en general, no legitimar estos hechos y rechazar todo acto de violencia que vulnere la vida.
Asimismo, le pedimos al nuevo Gobierno que acoja el informe final de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición (CEV) y establezca medidas pedagógicas de socialización de este relato colectivo e incluyente que explica qué pasó durante el conflicto, por qué pasó, qué consecuencias dejó en las comunidades y qué debe hacerse para que esta experiencia no se repita.
La cifra de asesinatos nos estremece, pero nos preocupa aún más, saber que cada vez se normaliza el número de muertes violentas en Colombia. Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) van 44 masacres en el 2022, con 158 víctimas, al 25 de mayo de 2022. Asimismo, resalta en su último estudio (realizado entre noviembre del 2016 y marzo 2022) que desde la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno Nacional y las extintas FARC, han sido asesinados 1.327 líderes y lideresas sociales y firmantes del Acuerdo.
Como organizaciones de fe y colombianos nos preocupa que sigan siendo asesinadas tantas personas que con su liderazgo están impulsando la construcción de paz en nuestro país. Solicitamos la adopción por parte del futuro gobierno nacional, de todos los actores en armas y de todas las fuerzas que tienen presencia en zonas rurales, cercanas a las comunidades civiles y a los espacios de reincorporación a la vida civil un cese al fuego y a las hostilidades.
Es necesario implementar un Acuerdo Humanitario de manera urgente entre los actores en confrontación en las regiones donde persiste el conflicto armado y las criminalidades, poniendo por encima el cuidado de la vida de las personas y la naturaleza. Las estrategias armadas por razones de humanidad deben parar. Exhortamos a la noviolencia en un sentido amplio, que permita el derecho a pensar, a escuchar al otro y a tolerar la diferencia con respeto y aceptación.
Como actores eclesiales basados en la palabra de Dios y redes que promueven el desarrollo y la paz en los territorios, invitamos al próximo Gobierno y a la guerrilla del ELN iniciar un diálogo abierto para detener los hechos de violencia en todo el territorio nacional; y hacemos un llamado a la sociedad civil, a la comunidad internacional, a las Iglesias y a las organizaciones de fe, para que blindemos este proceso en un frente común y defendamos decididamente los derechos humanos que están siendo pisoteados en Colombia, y que sufren, en muchas ocasiones, nuestra indiferencia.
Asimismo, exhortamos al gobierno entrante que desmonte las estructuras de tipo paramilitar que operan en las regiones y que haya una depuración de la fuerza pública. También exigimos un respeto por el medio ambiente promoviendo una política responsable con la naturaleza. Hacemos un llamado a promover una cultura de conservación y protección; a establecer conductas productivas que sean ejecutadas conscientemente, y a resaltar la importancia de la creación para todas y todos.
Las organizaciones y redes firmantes reafirmamos nuestro compromiso para seguir acompañando a los que más sufren, seguros de que la paz y la reconciliación son posibles, de que la salida negociada a los conflictos es el camino, y de que nuestra acción pastoral contribuye a la protección de las comunidades y personas amenazadas en Colombia.
Cordialmente,
DiPaz, Diálogo Intereclesial por la Paz.
Comisión de Paz de CEDECOL.
Mesa Ecuménica por la Paz.
GEMPAZ.
SICSAL Colombia.
Diálogos y Fe.
Redprodepaz, Red Nacional de Programas de Desarrollo y Paz.