El Diálogo Intereclesial por la Paz – DiPaz, desarrolló durante 2019 y parte de 2020 la Escuela de Acción Noviolenta (ESAN) en cinco regiones de Colombia, caracterizadas por la presencia de actores armados y hechos de confrontación. La Escuela ha logrado que sus participantes multipliquen la experiencia de la práctica de la acción noviolenta mediante ejercicios acompañamiento a comunidades religiosas, procesos comunitarios rurales y en su propia vida cotidiana. Conozca un poco más sobre esta experiencia.
Se calcula que por lo menos 4.200 personas se han beneficiado de esta experiencia y que ellas comienzan a implementarla como una clara práctica dirigida hacia la reconciliación. En la Escuela la acción noviolenta se concibió como una práctica social y de fe, que busca generar conciencia transformadora sobre el papel de incidencia de la espiritualidad en la vida cotidiana y en la construcción de una paz estable y duradera, animando acciones de reconciliación entre diversos actores de la sociedad.
La gran mayoría de las personas de iglesias, 2 organizaciones basadas en la fe y otras organizaciones que ingresaron a la ESAN, manifestaron que no tenían conocimientos sobre la acción noviolenta y el papel protagónico que esta pude ejercer en el terreno social y político de construcción de paz. En la Escuela la acción noviolenta se concibió como una práctica social y de fe, que busca generar conciencia transformadora sobre el papel de incidencia de la espiritualidad en la vida cotidiana y en la construcción de una paz estable y duradera, animando acciones de reconciliación entre diversos actores de la sociedad.
Para la selección de los participantes en los diferentes territorios se tuvieron en cuenta criterios como: regiones afectadas por el conflicto armado interno, la implementación del Acuerdo Final, problemas con el acceso a derechos y la pertenencia a distintos grupos religiosos y organizaciones basadas en la fe. La ESAN contribuyó a que los estudiantes incorporarán elementos de la acción noviolenta en sus trabajos, ejercicios pastorales y vida familiar, abriendo nuevas posibilidades para prácticas de reconciliación, más allá de su esfera cotidiana y en ejercicios a largo plazo.
El proceso de formación en acciones noviolentas, se implementó mediante seis módulos, de igual número de temas, en las ciudades de Apartadó, Barranquilla, Cali, Medellín y Montería, con grupos promedio de 34 personas por ciudad, 60% mujeres y 40% hombres. Se destaca que por lo menos el 20% del total de los 168 participantes que concluyeron los ciclos, proviene de zonas rurales muy retiradas y con difícil acceso a cualquier medio de comunicación.
La escuela que reunió e intercambió diferentes metodologías y saberes en torno a la práctica de la noviolencia, inició en febrero de 2019 con 210 alumnos y finalizó entre marzo y junio de 2020 con 168 participantes. Se calcula que, por lo menos, 4.200 personas fueron beneficiarias indirectas de las prácticas de acciones noviolentas multiplicadas por alumnos de la ESAN, en ejercicios de acción pastoral con sus respectivas denominaciones, en el trabajo de acompañamiento a comunidades, y en otras actividades profesionales.
Varios participantes de la ESAN manifestaron, en la encuesta de cierre del proceso de formación en marzo de 2020, que los conocimientos adquiridos transformaron sus prácticas religiosas, sus relaciones interpersonales y sus percepciones frente a otros. Por ejemplo, dejaron de lado predisposiciones que tenían respecto a personas en procesos de reincorporación, migrantes o integrantes de otras denominaciones religiosas.
La ESAN aportó a DiPaz múltiples resultados positivos derivados de esta apuesta pedagógica, en su trabajo de incidencia en favor de la noviolencia como mecanismo de trámite y resolución de conflictos; construcción o reconstrucción de confianzas; construcción de procesos de reconciliación; y aportó en el fortalecimiento de una sociedad éticamente mejor preparada para la paz.
Varios asistentes consideran que pueden hacer ahora mejores análisis éticos y políticos respecto a diferentes actores y sectores sociales. “Un uso tan cotidiano como la comunicación puede ser un fertilizante para propagar conflictos o para generar relaciones más armónicas”, relató un participante de la ESAN en Medellín, durante el evento de clausura en esa ciudad, en marzo de 2020.
Algunos manifiestan que han cualificado su comprensión y sus discursos sobre el significado de la inclusión social y la noviolencia. Igualmente, aseguran que han tenido efectos positivos, inesperados como, por ejemplo, utilizar estos aprendizajes al momento de tener entrevistas de trabajo. Otro efecto inesperado del proyecto fue la cualificación de integrantes del equipo operativo de DiPaz que participaron en calidad de estudiantes. Ellos y ellas aseguran que tienen mejores conocimientos para el trabajo social con comunidades, basados en los enfoques de derechos y de pastoral social.
Ejemplos de ello, se observan en el trabajo del equipo operativo de Antioquia/Choco en la recuperación de memoria y acompañamiento psicosocial a comunidades eclesiales de Urabá; el trabajo de sistematización del proceso de acompañamiento pastoral al Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) de la vereda Tierra Grata, municipio de La Paz (Cesar), realizado por el equipo operativo del Caribe y el proceso de acompañamiento a comunidades indígenas del equipo de Suroccidente.
Adicionalmente, la ESAN logró articular prácticas de las tres áreas del proyecto: incidencia, comunicación y reconciliación, resultando esta última muy fortalecida durante el último ciclo de ejecución. Ahora DiPaz continúa animado a los participantes a tejer una red para seguir manteniendo el espíritu de esta importante iniciativa.
* Tomado de la Revista de Escuela de Acción No Violenta