‘La fe me permite seguir resistiendo’

Pastor Caviedes amenazado

Luis Miguel Caviedes Moreno, pastor de la Iglesia Metodista en Cali ha recibido por su labor pastoral de apoyo a comunidades en el marco del Paro Nacional en esta ciudad, sector de Siloé y el Paso del Comercio, fuertes amenazas de muerte contra su vida. DiPaz rechaza las expresiones de violencia y las intimidaciones contra Caviedes. En diálogo con él, esto fue lo que nos dijo.

Por Elina Vargas, Dinamizadora Territorial, Regional Caribe. DiPaz.

“¿Usted es el pastorcito? (…) la próxima es sin aviso”, frases como estas son algunas de las intimidaciones que Luis Miguel Caviedes Moreno, pastor de la Iglesia Metodista en Cali ha recibido por su labor pastoral de apoyo a comunidades en el marco del Paro Nacional en esta ciudad, sector de Siloé y el Paso del Comercio.

Su fe en Jesús de Nazareth y su firme convicción de ayuda a los demás lo ha llevado a asumir, a pesar del riesgo, una férrea defensa de la vida de poblaciones menos favorecidas que se han manifestado en el Paro Nacional. Ha centrado sus esfuerzos y los de la iglesia local metodista en la protección de la vida de jóvenes y sus familias y la búsqueda de diálogo.

Este caso refleja la ausencia de garantías del Estado para ejercer la labor pastoral y la defensa de la vida desde una espiritualidad en los derechos humanos y la paz. El Estado colombiano tiene la obligación de adoptar todas las medidas necesarias de protección para que el pastor Caviedes pueda ejercer su legal y legítima labor de defensa de los derechos de los más vulnerables.

DiPaz habló con él en el marco del II Seminario Internacional sobreReconciliación, Noviolencia, Desarrollo Sostenible para la Paz de Colombia, que se realizó en las instalaciones de la Corporación Universitaria Reformada de Barranquilla (CUR), y esto fue lo que nos dijo.

  1. ¿Cómo le ha parecido el seminario?

El II seminario tiene una connotación de realidad social que es necesaria hoy tocar en medio de la coyuntura nacional. Volver a esas historias de reconciliación, de oportunidades de no violencia y ver ese tipo de propuestas que nos lleven a ese desarrollo sostenible. Este encuentro ha sido muy acertado porque ha dado tanto testimonios, como historias, fortalezas y esperanzas.

  1. ¿Qué aprendizaje se lleva?

Los aprendizajes son muchos los que uno puede llevarse en temas de paz y de reconciliación, precisamente lo que pensaba es como llevar estos aportes de reconciliación en estos momentos, en medio de esta coyuntura tan fuerte que hay todavía, en medio del conflicto. Hay que entender que la reconciliación sigue siendo permanente, hay experiencias que nos llevan a la reconciliación, pero también hay otros aportes muy buenos que tienen que ver con la vulnerabilidad, como la que se habla ahora. Creo que a partir de estos espacios se deben tener en cuenta las características que viven las comunidades, como los jóvenes. Así que el seminario nos da herramientas y nos llena de esperanza para el futuro.

  1. Ahora, cuénteme un poco sobre ¿cómo ha sido el trabajo que ha desarrollado en el marco del Paro Nacional?

Dentro de todo hemos acompañado en la perspectiva de estar al lado de las personas que han protestado porque hemos reconocido a las víctimas, a las personas que están alrededor porque creemos que hacer parte de la iglesia transversal de cristo.

Hemos hecho cuatro informes: Uno a la CIDH, otros dos a las comisiones internacionales que llegaron a Cali, y otro a Amnistía internacional. Hemos hecho asesorías legales que han estado del lado de los jóvenes, asesorías que el espíritu ha guiado, y así mismo hemos rescatado la vida. Hemos armado una ruta propia de protección que ha conseguido proteger a 28 personas.

Como socios de Dios en la tierra tenemos la obligación de proteger la vida frente a estos aparatos poderosos de opresión. Hemos tomado como alternativa de vida, acciones de noviolencia que nos ayuden a defender la vida como el don máximo que Dios no ha dado. Nosotros tenemos un programa que se llama Templos como lugares seguros, porque la iglesia quiere ser ese espacio de protección de la vida.

Hemos sido testigos y seguimos denunciando ante las Fiscalía y diferentes instancias todo lo que ocurre porque las víctimas necesitan que se les haga justicia. Creemos que es necesaria una reparación con actos de memoria, pero también con actos de no repetición frente a una violencia que tenemos instaurada en Colombia y que se ha trasladado a lo urbano.

MI trabajo ha sido tomar posición frente a la militancia de derechos humanos (…) y es que les cuesta a las iglesias diferenciar la apuesta política, de la apuesta de la iglesia; y es por eso que le hacemos el llamado a otras comunidades de fe porque la vida es el valor más esencial que nos ha dado Dios; y esta labor no la hacemos solos como iglesia, están el Colectivo 21 N, la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, y Canal 2; y en los diferentes puntos tenemos otra organizaciones como Ciudad Paz. La idea es sistematizar experiencias.

  1. ¿Qué ha sido lo más difícil de este proceso?

Lo más difícil es ver la muerte de personas que has conocido en otros momentos, en poder conocer familias e historias que nos remueven; conocer a una madre que le mataron a su hijo y por eso hace parte de primera línea. Son situaciones que lo marcan a uno significativamente. Es difícil que pase un hecho y no se den respuestas concretas. Ha sido difícil en ese caminar ver la muerte, que nos han hecho pelear con la indiferencia.

  1. ¿Qué rescataría?

Los sueños y esperanzas de los jóvenes que están inmersos en todo el estallido social; si ellos salen es por esas situaciones, quieren oportunidades porque consideran que este es el momento de hacer esa exigencia, están cansados de lo que se ha vivido, es lo que los ha puesto a soñar, es lo que los ha puesto en ese terreno, pero es de donde han acabado guerras. Y lo otro, es la valentía porque esa valentía es los que los hace pararse con escudos que los atraviesa una bala de un fusil, no por ellos mismos, sino porque son cuidadores de la vida, están al cuidado a esas comunidades.

  1. Tengo entendido que ha recibido amenazas por su labor pastoral, de derechos humanos y de paz, ¿A qué cree qué se deban estas intimidaciones y quiénes estarían detrás?

Yo creo que poner la voz diferente ya te pone en un objetivo militar de algunas personas y jugarse una voz, es decir no queremos esta guerra, no queremos eso contra la población nos quedamos con otras alternativas, pero el hecho de sentar una posición contraria con lo que hoy se quieren mantener que es la desigualdad social y el mantenimiento de una violencia contra ciertas comunidades que hoy siguen buscando sus derechos, por ejemplo, el tema de las mujeres organizadas es cambiar una cultura que no les interesa transformar.

Al momento de hablar de paz y reconciliación se dice que ese tema lo difunden los comunistas. El motivo de las amenazas es por ayudar a esos vándalos, es por estar con esos vagos, con el viejo, haciendo referencia al señor del Canal 2, entonces vienen los terrores, se empieza a alzar el mal, vienen tipos vestidos de civil pero armados. Me han cruzado en motos, hubo intimidación por parte de la policía nacional, y delincuencia que se ha inmiscuido en esto porque no podemos desconocer la presencia del microtráfico.

  1. ¿Cómo enfrenta estos hechos, estas intimidaciones?

Afortunadamente, hay personas alrededor y hay organizaciones. incluso la misma iglesia, que ha puesto la institucionalidad para proteger mi vida; uno no está solo, pero yo creo que es a través de la fe; ver personas que han sido amenazadas y tienen resistencia. Todos estos espacios nos dan para generar esperanza, hay una frase: “no temas (…) bienaventurados los perseguidos por proteger la vida o los que persiguen la paz” Y es que de lo que se trata; de pasar de ese discurso a la práctica; y ahí te vas a encontrar con múltiples problemas que te hacen pensar en cómo vas a poner en práctica el Evangelio y eso es lo que yo estoy viviendo.

  1. Y, por último, ¿qué mensaje le quiere enviar a la sociedad?

Yo creo que la sociedad hoy debe seguir soñando y no debe sentirse apagada por ese mal que se para para contrarrestar el hecho de la transformación, porque en este país es justo y necesario que empiece la paz. A la sociedad hay que insistirle en que las acciones noviolentas son válidas, que esas prácticas violentas que hoy se quieren aferrar a la sociedad se tienen que ir dejando, aunque eso es un proceso de largo aliento, hay que tener paciencia. Los valores del reino de Dios se están perdiendo, esa mínima solidaridad; y no es suscribirse a la religión sino llevar en el corazón esos valores.

Continúa la situación de riesgo contra el pastor Luis Caviedes

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