Experiencias de noviolencia en territorios de población reincorporada

Tierra grata reunion Experiencias de noviolencia en territorios de población reincorporada

La ESAN deja hasta el momento varios aprendizajes y resultados positivos de una práctica pedagógica replicable para tramitar y resolver conflictos, construir o reconstruir confianzas, avanzar en procesos de reconciliación y aportar para que las comunidades se preparen de mejor manera para afrontar los desafíos de la construcción de convivencia y paz. Aquí conoceremos una historia.

Por Carolina Toro

Tierra Grata, Cesar. “La paz debe prevalecer a pesar de todo”. Esta es una de las frases con la que Oscar Pineda recibe a algunos de los turistas que han ido a conocer el Antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (AETCR) Tierra Grata, en el municipio de Manaure Balcón del Cesar, en donde conviven 136 excombatiente de las FARC provenientes de los frentes 19 y 41 del Bloque Caribe, que junto a su núcleo familiar suman 308 personas.

“El cambio colectivo y social empieza por uno mismo”, asegura Pineda, uno de los participantes de la Escuela de Acción Noviolenta, ESAN, iniciativa respaldada por DiPaz, que busca desarrollar un proceso pedagógico que articule elementos conceptuales; acciones Noviolentas simbólicas y concretas; expresiones culturales, artísticas y litúrgicas para avanzar en una sociedad éticamente mejor preparada para asumir los compromisos de construcción de paz.

Y es que Pineda aplica lo aprendido en esta iniciativa de formación en todo lo que hace. “Creo que Tierra Grata Ecotours es uno de los proyectos más significativos que tenemos y un buen espacio para hablarle a la gente que viene. Nuestra visión no solo es económica porque hay que generar recursos para solventar cosas, es también un proyecto cultural y político. Yo soy uno de los guías y siempre hablo de la importancia del antimilitarismo, de la salida negociada para cualquier conflicto, y de que los valores como la tolerancia y el respeto a la opinión ajena son fundamentales”. Para él las lecciones aprendidas a través de la Escuela, le ayudaron a seguir afianzando la idea arraigada que tiene de que la paz debe prevalecer ante todo, que no hay que seguir el camino más fácil que es la irá y la venganza; hay que apostarle a la paz y al perdón, que resultan a veces más difíciles, pero sin duda más satisfactorios.

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«Ellos entienden que la oportunidad para la paz hay que darla constantemente»

Actualmente, la empresa ofrece recorridos por la Serranía del Perijá, un circuito de bicicross y una visita a una réplica de un campamento usado por ellos cuando estaban alzados en armas. El proyecto está legalmente constituido y tiene registro nacional de turismo.

Replicando experiencias de noviolencia

Comenta que siempre que visita otros espacios habla de la no discriminación, el respeto, la tolerancia, el diálogo y la convivencia como instrumentos para construir la paz. “Este tipo de discurso suma para la reconciliación (…) yo creo que por esto no hemos sentido ningún tipo de estigmatización por parte de las comunidades aledañas. (…) Estos territorios siempre han sido abiertos a estas experiencias nuestras. Cuando hubo el plebiscito por la paz, en San José de Oriente; Manuaure y la Paz ganó el sí. Ellos entienden que la oportunidad para la paz hay que darla constantemente”, afirma. 

Ellos como colectivo manejan frente a las comunidades una dinámica de respeto y siempre han querido que las poblaciones aledañas se favorezcan de lo que hay en el espacio territorial, como es el acueducto y la luz. Ellos quieren convertir esta antigua ETCR en una ciudadela, con 150 casas bioclimáticas y sismo resistentes, que cuente, además, con un colegio, un hospital y un centro cultural. Este proyecto cuenta con el apoyo de la Unión Europea.

La vinculación de la población a algunos procesos productivos ha generado tranquilidad y más confianza. “Tenemos una buena relación. Ellos se benefician del agua y de la luz. Además, hemos hecho brigadas de salud, Por ejemplo, durante la pandemia fabricamos 50 mil tapabocas, de los cuales 13.550 fueron para las comunidades aledañas y los Hospitales cercanos; y eso suma para seguir fortaleciendo el tema de la reconciliación. (…) También hemos entregado 200 kit de bioseguridad”.

Mediante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) iniciaron una cría de gallinas ponedoras y pollos de engorde. Este proyecto lo tienen articulado a la Mesa Género, en donde van trabajando de la mano con las mujeres de las poblaciones cercanas, para también sacar adelante un proyecto para la fabricación de ropa interior femenina.

La piedra en el zapato

Y como en la mayoría de los 170 municipios priorizados en los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), en Tierra Grata continúan esperando el primer punto del Acuerdo Final de Paz, la reforma agraria integral. Un tema esencial para proyectarse a la vida civil después de una vida anterior de resistencia armada. También implica una serie de compromisos en temas de educación, salud y trabajo. “(…) Lo lógico sería que como el gobierno tiene todas esas instituciones, debió abrir más el compás para reinsertar en su oferta institucional a esta población en proceso de reincorporación, pero no ha sido así”, explica Pineda.

Además, afirma que en el tema de reforma agraria no hay voluntad política. “Llevamos cuatro años peleando por la propiedad y hemos tenido muchos tropiezos. El Gobierno siempre nos hablan sobre planes que tienen que ver con salud, trabajo, empleo, pero esas cosas las podemos conseguir con autogestión. En realidad, lo que nos interesa es la propiedad, que nos den los 8 millones prometidos y que nos permitan construir la ciudadela”.

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Sendero peatonal dentro del conjunto de casa construidas en Tierra Grata. Archivo DiPaz

El principal argumento que maneja el Gobierno frente al tema de la tierra es que ellos están ubicados en una zona de reserva forestal y que es imposible que permanezcan en ese lugar. “(…) pero toda la Serranía del Perijá lo es, pero hay otras poblaciones también instaladas en el Perijá en las cuales el Gobierno si invierte, pero acá nada. Tenemos claro que la idea es no dejarnos quedar. Entienden que somos un proyecto político que puede servir de ejemplo para otras comunidades, y ellos no nos quieren como sujetos políticos. Entre más crezcamos tenemos más posibilidades en los espacios democráticos. Quieren desarticular lo colectivo que ya hemos construido en este espacio”, asegura.

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