Las comunicaciones de la delegación del gobierno colombiano y de la delegación del ELN de los últimos días previos a iniciar un nuevo ciclo de trabajo en Caracas muestra la situación de tensión por el cual pasa esta mesa de dialogo. Si a esto sumamos las acciones y la confrontación en varias regiones de la fuerza pública con grupos armados que participan en otros procesos de paz donde las afectadas son las comunidades vemos con gran preocupación que las esperanzas de paz que tenemos se diluyan y estos procesos de dialogo pierdan credibilidad en los diversos sectores de nuestra sociedad.
Como sectores de iglesias que hemos participado en proceso de paz en Colombia y otros países somos testigos que estos pasan por constantes tensiones que se pueden superar siempre y cuando se mantenga la voluntad y el compromiso de seguir dialogando para superar las crisis que se presentan.
El Consejo Mundial de Iglesias nos recuerda en el Llamamiento Ecuménico a la Paz Justa que “Los acuerdos de paz son a menudo precarios, provisionales e inadecuados. Reparar el daño de la guerra y la violencia puede llevar más tiempo que el conflicto que lo causó. Pero lo que hay de paz a lo largo del camino, aunque sea imperfecta, es una promesa de las grandes cosas que nos esperan.”
En los últimos años las comunidades más afectadas por la violencia y los diversos sectores sociales donde estamos incluidas las iglesias y sectores ecuménicos hemos venido insistiendo en la urgencia de lograr acuerdos de paz y humanitarios que permitan superar la violencia que vivimos para que hagamos realidad nuestro anhelo de paz trabajando juntos en procesos de transformación que permitan la reconciliación en nuestro país.
Por esta razón solicitamos al Gobierno de la República de Colombia, así como a los grupos armados que escuchen la voz de las comunidades, sectores y lideres sociales para que detengan la confrontación armada, sigan dialogando, cumplan los acuerdos y ceses al fuego que permitan la protección de quienes viven en los territorios afectados por el conflicto para que sea posible avanzar en procesos de participación y organizativos de las comunidades en sus territorios que abran caminos de una paz que sea fruto de la justicia.
Invitamos a las personas que hacen parte de las diversas iglesias y comunidades de fe a nivel nacional e internacional para que sigamos orando por la paz en Colombia y en especial, en el actual contexto pongamos ante Dios a quienes hacen parte de las mesas de dialogo para que escuchen a las comunidades y sectores sociales que clamamos para que se detenga la confrontación armada y trabajamos juntos y juntas por la paz. Como iglesias y sectores ecuménicos en Colombia y a nivel internacional mantenemos nuestro compromiso de acompañar y seguir aportando para que la reconciliación sea posible en Colombia.
Dr. Humberto Martín Shikiya – Enviado Especial para el Proceso de Paz en Colombia CMI
Rev. Milton Mejía – Coordinador Nacional de Dipaz