54 Jesús también dijo a la gente:
«Cuando ustedes ven que las nubes se levantan por occidente,
dicen que va a llover, y así sucede.
55 Y cuando el viento sopla del sur, dicen que va a hacer calor, y lo hace.
56 ¡Hipócritas! Si saben interpretar tan bien el aspecto del cielo y de la tierra,
¿cómo es que no saben interpretar el tiempo en que viven?
Biblia: Lucas 12:54-56
DIPAZ respalda el clamor de muchos procesos de comunidades negras, campesinas, indígenas de distintas regiones del país que padecen el conflicto armado y nuevas dinámicas armadas que proponen al presidente Duque y a las comandancias de todos los grupos en confrontación armada (ELN, Diversas FARC en armas, EPL, AGC) un Acuerdo Humanitario Nacional por Pandemia desde hoy hasta el 1 de abril, con una eventual prórroga hasta el 30 de mayo. Ninguna persona o grupo humano está exento de estar contagiado. A todos por razones éticas se nos llama a la vida, a la de los seres humanos y todos los sistemas de vida por encima de intereses económicos, políticos, y militares.
Parar esta guerra en estos momentos, es cesar el asesinato de líderes y lideresas sociales que condenamos como los ocurridos ayer 20 de marzo con Marco Rivadeneira en el Putumayo, Ángel Oviedo en Antioquia, y parar el asesinato de quienes dejaron las armas, como los dos últimos ocurridos en Caquetá contra Irnel Flórez y Ester Carrillo Leal el pasado 17 de marzo. Cesar la guerra, es parar por la pandemia las erradaciones forzosas y aspersiones áereas. Hoy se debe proveer garantías a las personas privadas de la libertad en las cárceles de Colombia, y el cese de actividade bélicas de control social territorial a la fuerza y cese de confrontaciones armadas en e Chocó, Putumayo, Nariño, Antioquia, Catatumbo, Caquetá, Córdoba, como lo demandan las comunidades.
La pandemia tiene efectos sociales, ambientales, económicos muy severos que nos están llamando a tomar el rumbo de una sociedad diferente. Hoy nadie está exento de morir por este virus ni el más poderoso en armas y riquezas. La realidad del Coronavirus como pandemia toma más fuerza en Colombia mostrando que a pesar de ser un país de renta media, nuestra red hospitalaria es precaria y el derecho a la salud en situaciones de emergencia es menos que una quimera ante decisiones tardías, confusas, desinformadas del gobierno nacional.
Saludamos a los mandatarios locales y regionales que preocupados por sus ciudadanos adoptan las medidas más adecuadas haciendo uso de su creatividad y facultades constitucionales para evitar una tragedia de grandes proporciones que afecte la salud física, mental y espiritual de cada.
Invitamos a todos los ciudadanos, a todas las iglesias a asumir en responsabilidad y solidaridad nuestras expresiones religiosas con base en los criterios del Dios de la Vida
Pedimos al gobierno nacional que tome las medidas que realmente beneficien a la ciudadanía sobre la base del valor de la vida, medidas de aislamiento a nivel nacional, se defina la restricción de la movildad al interior del país con base en los lineamientos preventivos y de atención que ha recomendado la OMS para el manejo de la Pandemia de manera inmediata. Esto incluye las medidas que debe tomar el personal militar presente en los terriotorios para evitar la propagación de la pandemia.
Ciudadanos y gobernantes, y en particular, las comunidades en zonas de conflicto armado, cuenten con nuestra fuerza espiritual y nuestra presencia de nuevas formas en estos tiempos. Adicionalmente, agradecemos la labor profesional y técnica del personal médico que están, con gran responsabilidad, dando respuesta al reto pandémico.
Carta al Presidente Iván Duque