Bogotá, 20 de octubre de 2020. El Diálogo Intereclesial por la Paz DIPAZ, saluda la Minga Social y Comunitaria por la Defensa de la Vida, el Territorio, la Democracia y la Paz, que arribó a la ciudad de Bogotá el pasado domingo con el propósito de aumentar su clamor ante los problemas estructurales que hoy les siguen afectando en el territorio y que ha desembocado en continuas amenazas contra la vida y asesinatos de personas de comunidades indígenas, campesinas, afrocolombianas y excombatientes.
Estas legítimas preocupaciones merecen atención del gobierno nacional. Por ello exhortamos al Presidente de la República a dialogar con los representantes de la Minga de cara a la construcción de acuerdos concretos para avanzar en asuntos como el cumplimiento del Acuerdo Final de Paz, el reinicio de los diálogos con el ELN, impulso a acuerdos humanitarios territoriales con las diferentes dinámicas armadas, medidas concretas contra la estigmatización y criminalización de la protesta social y el aumento del abuso policial y militar como medidas de confianza y de desescalamiento de las violencias que rodean estos territorios. Urge parar el genocidio, avanzar con el desmonte de grupos paramilitares y de la doctrina de seguridad nacional.
Urge parar el genocidio, avanzar con el desmonte de grupos paramilitares y de la doctrina de seguridad nacional.
Exhortamos a la ciudadanía en general a guardar la calma y velar porque las marchas y manifestaciones se realicen en forma pacífica. Compartimos en minga la fuerza poderosa de las diversas espiritualidades y de una movilización desde la noviolencia. Así mismo, reconocemos con mucha gratitud y esperanza la solidaridad expresada por las autoridades locales y sus esfuerzos para habilitar condiciones para que la estadía de la Minga se cumpla con los protocolos adecuados para proteger la vida y la salud de los manifestantes.
Como cristianas y cristianos por la paz, queremos seguir el ejemplo de Jesús al responder al clamor de los pueblos indígenas de nuestro país. Por eso nos sumamos a la Minga, al pedido de una vida digna a partir del cuidado de la gente que sufre dentro de estructuras injustas y desarmar las estructuras opresoras en sí, a fin de que todos los pueblos de Dios y la Creación puedan experimentar la esperanza del salmista: que la verdad y la misericordia se encuentren, y la paz y la justician se besen (Salmos 85:10, Biblia).
Por eso nos sumamos a la Minga, al pedido de una vida digna a partir del cuidado de la gente que sufre dentro de estructuras injustas y desarmar las estructuras opresoras.