El pasado 16 de abril DiPaz, Diálogo Intereclesial por la Paz, y la ATC Iglesia Sueca, conocieron de cerca la realidad de la reincorporación en las ciudades a través de las vivencias de la Cooperativa Ciudad Paz, colectivo de desmovilizados de las Farc, que ha llegado a Cali con diferentes expectativas y propuestas. Actualmente, ha estado participando activamente en el Paro Nacional ubicándose en la Loma de la Cruz, o la Loma de la dignidad y desde allí han venido trabajando.
Por Carolina Toro
Cali, Valle del Cauca. Andrés o René, como se solía llamar en la militancia, nos abre las puertas de su casa en la ciudad de Cali, que es a la vez taller de confecciones, sitio de reuniones, bodega de los productos que comercializan y espacio para todo aquel que quiera hacer parte del colectivo Ciudad Paz, construido por once personas en proceso de reincorporación de la extinta guerrilla de las FARC, con el objetivo de generar proyectos productivos ambientalmente sostenibles en el marco del Acuerdo Final de paz.
Atrás quedaron las formas de lucha armada que guiaron a René durante los catorce años que estuvo en las filas del Bloque Alfonso Cano de las FARC y que terminaron el día que el Ejército lo capturó en Bogotá. Ahora tiene otro tipo de lucha, una por la que se la piensa jugar toda, y es sacar adelante la cooperativa.
Y es que así es él, un hombre comprometido, sencillo, que habla apasionadamente de lo que más le gusta y la propuesta que lidera desde el colectivo permite generar dinámicas entre el campo y la ciudad, a través de la comercialización de la miel de abejas y frutos secos, y trabajar articuladamente por la paz y la reconciliación, temas que le llenan el alma.
Los inicios
Los esfuerzos empezaron a tomar forma hace un poco más de un año, sin contar con el respaldo del partido Comunes, una ruptura que se dio por diferencias en la manera de hacer las cosas y de tomar las decisiones, que los llevo a reunirse entre ellos y consolidar este sueño, en el que también participaron las familias de los excombatientes y la comunidad entorno. Tienen un apiario en Dagua y están adecuando otro en Pance.
Trabajan en el campo haciendo convenios con los dueños de la tierra para poder trabajar en ellas. “Esta es la manera que hemos encontrado para seguir trabajando y desarrollar nuestros procesos productivos ya que no contamos con apoyo del Gobierno. Ellos no tuvieron en cuenta la reincorporación urbana, no está legislada, no tiene apoyo, no cuenta con redes; es más ni siquiera saben cuántas personas están haciendo su proceso de reincorporación en las ciudades (…) así que para tener acceso a la tierra les damos un porcentaje de la producción a los dueños. No se paga alquiler como tal, es un ganar, ganar”, explica René.
Tienen claro que la única manera de llegar lejos es hacerlo como colectivo y promoviendo acciones para la reconciliación y la reincorporación económica, social y comunitaria bajo la apuesta acciones de paz. Siempre tienen presente como colectivo que la construcción de paz se hace a través de labores para el cuidado del medio ambiente, junto al fortalecimiento del tejido social y comunitario en la ciudad de Cali y el Valle del Cauca.
Vienen trabajando en este tema en todos los espacios en lo que hacen presencia y a la vez consolidando sus líneas de producción: la miel, el polen, el vinagre de la miel, y la miel saborizada o con frutos deshidratados; este último producto no lo producen, pero si comercializan con otra cooperativa de desmovilizados en Ginebra, Valle del Cauca.
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Comprometidos con la realidad
Con el espíritu de contribuir a la construcción de una sociedad más equitativa y con justicia social, han participado activamente en dos hechos coyunturales de la realidad nacional. Primero, durante las cuarentenas dentro de la Pandemia del Covid 19 repartiendo mercados en los barrios más carenciados de Cali. Mientras todos estaban resguardándose del virus, René y varios compañeros de la Cooperativa recorrían las calles de Siloé ayudando a lo más necesitados.
Y segundo, en el Paro Nacional, apoyando las movilizaciones sociales en la Loma de la Cruz o renombrada por los marchantes Loma de la Dignidad, con una olla comunitaria y apoyo a los jóvenes líderes de la llamada primera línea. También han participado en llevar cultura y arte transformando espacios, rompiendo estigmas y convertido un Centro de Atención Inmediata de la Policía Nacional (CAI) en una biblioteca pública. Y estas luchas ya empiezan a tener un reconocimiento entre los habitantes de Ciudad.
Tienen un espacio los sábados en el mercado orgánico de San Antonio, en donde comercializan sus productos y en donde llevan un poco más de seis meses. También participan con un puesto en la Feria de Jamundí, una vez al mes. Asimismo, aprovechan el tema virtual y mueven sus productos y sus acciones en favor de la paz a través de todas sus redes sociales.
Están constituidos bajo el nombre Cosecha del Valle, y la idea es seguir ampliándose. “Tenemos pensado para final de año tener consolidados 4 apiarios, dos más de los ya existentes, y funcionando el taller de confecciones (…) Ganamos las máquinas en una convocatoria de la Alcaldía y estamos ansiosos por ponerlas en marcha”, sentencia René.
Continúan las amenazas
Para este politólogo los seis años que duró en la cárcel (2011- 2017) no lo debilitaron; por el contrario, lo llenaron de fortaleza que impulsa sus pasos todos los días. Él fue uno de los 3 mil presos políticos de las FARC que salieron tras la firma del Acuerdo Final de Paz. Y su vida siempre ha estado llena de riesgos. Primero por su militancia, luego por su lucha dentro de la cárcel por mejorar las condiciones de los reclusos y ahora por su lucha social.
Y es que los panfletos amenazantes no se hicieron esperar. El primero que le enviaron con una sentencia de muerte fue a inicios de la campaña presidencial de 2018 y a partir de allí han llegado varios. También ha sido víctima de persecuciones en motocicleta hasta su casa y de llamadas extrañas a su teléfono celular. Él denunció estos hechos ante la Fiscalía y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Actualmente cuenta con un esquema de seguridad que solo se activó a principios de 2021.