En la reunión del Consejo del Sínodo -realizada en Barranquilla, Colombia, los días 11 y 12 de mayo de 2022, para revisar y avanzar en los acuerdos de la LXXI Asamblea de la Iglesia Presbiteriana de Colombia realizada en Bogotá en marzo de 2022- hemos reflexionado a partir de la palabra de Dios, orado a nuestros Dios y compartido testimonio de la realidad que viven los miembros de nuestras iglesias y de las comunidades donde están ubicadas a las cuales sirven; y ante esta realidad y reconociendo la diversidad política y humana de las personas que participan en nuestras comunidades de fe invitamos a nuestros pastores, pastoras, presbíteros y presbiteras gobernantes, a toda la personas miembros y relacionadas con nuestras iglesias tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
• Fortalecer los tiempos de estudio de la biblia, oración, compartir de la fe, proclamación de la palabra de Dios y acompañamiento pastoral que incrementen las relaciones comunitarias y den fortaleza espiritual para no sucumbir ante la desesperanza y las afectaciones a la salud mental que estamos viviendo.
• Incrementar los programas, acciones de diaconía y ayuda solidaria, así como de incidencia en políticas públicas para que las personas y comunidades a las cuales servimos puedan disminuir el sufrimiento que produce el empobrecimiento y dar señales del amor de Dios a quienes son más vulnerables.
• En contextos electorales no es parte de la tradición reformada que nuestros pulpitos y tiempos de oración se conviertan en espacios de proselitismos político. Nuestra responsabilidad es educar y animar para que las personas miembros de nuestras iglesias hagan uso de su derecho a votar de manera informada y desde la libertad de conciencia sobre la cual solo Dios tiene potestad en nuestras vidas.
• Ante la realidad de la violencia que se ha venido incrementando, el mensaje, llamado y trabajo del sínodo en los últimos años ha sido para que como Iglesia Presbiteriana de Colombia y en alianza con iglesias hermanas a nivel nacional e internacional trabajemos juntos para resolver los conflictos por medio del dialogo, la voluntad política, la mediación, la sanación de heridas que permitan hacer realidad una paz que sea fruto de la justicia. Invitamos a mantener y fortalecer este trabajo.
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CARTA PASTORAL DEL CONSEJO DEL SINODO A LA MEMBRESIA Y ORGANISMOS RELACIONADOS CON LA IGLESIA PRESBITERIANA DE COLOMBIA
Así que, hermanos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es vano. 1 Cor. 15:58. Hermanos y hermanas, que hacen parte y se relacionan con nuestras comunidades de fe reciban un saludo lleno de la gracia de Dios en los tiempos difíciles que estamos viviendo en Colombia invitándoles a mantenerse firmes en la fe y la esperanza que aprendimos del evangelio.
En la reunión del Consejo del Sínodo realizada en Barranquilla, Colombia los días 11 y 12 de mayo de 2022 para revisar y avanzar en los acuerdos de la LXXI Asamblea de la Iglesia Presbiteriana de Colombia realizada en Bogotá en marzo de 2022 hemos reflexionado a partir de la palabra de Dios, orando a nuestros Dios y compartido testimonio de la realidad que viven los miembros de nuestras iglesias y de las comunidades donde están ubicadas a las cuales sirven.
Nos sentimos llamados por el Espíritu de Dios para animarles a no desmayar ante el fallecimiento de familiares, amistades y la realidad de empobrecimiento a nivel personal y social que ha dejado la pandemia, especialmente a los sectores de clase media y más vulnerables quienes perdieron sus empleos o vieron reducidos sus ingresos económicos y posibilidades de vida. Junto a esto se ha incrementado la violencia de manera generalizada y en especial contra las mujeres, niños y niñas.
Estamos sufriendo afectaciones en la salud mental todas las personas, especialmente la juventud entre quienes ha aumentado el número de suicidios ante la desesperanza y falta de oportunidades de educación y empleo. Las esperanzas de poner fin o disminuir el conflicto armado y las violencias que históricamente hemos vivido han ido perdiendo fuerza ya que vemos y experimentamos el incremento de la violencia y el control de los grupos armados en los territorios donde están ubicadas nuestras iglesias.
Escuchamos testimonios de iglesias que durante toda la pandemia mantuvieron sus reuniones y cultos de manera presencial con mucha protección, pero durante el reciente paro armado no pudieron reunirse y realizar sus actividades ya que los grupos armados amenazaban y asesinaban a quienes no cumplieran sus órdenes.
Durante los meses del año en curso estamos en un contexto electoral donde lo más común es la desinformación, la descalificación y los ataques mutuos entre las diferentes campañas y personas que aspiran a la presidencia, lo cual incrementa aún más el miedo y la desesperanza ya que vemos que independiente de quien gane la presidencia lo urgente es superar el empobrecimiento, las diversas formas de violencia que sufrimos y la corrupción que permita invertir mayores recursos económicos en la generación de empleo, mayor educación y justicia social que dé como fruto la paz.
Ante esta realidad y urgencia, reconociendo la diversidad política y humana de las personas que participan en nuestras comunidades de fe invitamos nuestros pastores, pastoras, presbíteros y presbiteras gobernantes, a toda la personas miembros y relacionadas con nuestras iglesias tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
• Fortalecer los tiempos de estudio de la biblia, oración, compartir de la fe, proclamación de la palabra de Dios y acompañamiento pastoral que incrementen las relaciones comunitarias y den fortaleza espiritual para no sucumbir ante la desesperanza y las afectaciones a la salud mental que estamos viviendo.
• Incrementar los programas, acciones de diaconía y ayuda solidaria, así como de incidencia en políticas públicas para que las personas y comunidades a las cuales servimos puedan disminuir el sufrimiento que produce el empobrecimiento y dar señales del amor de Dios a quienes son más vulnerables.
• En contextos electorales no es parte de la tradición reformada que nuestros pulpitos y tiempos de oración se conviertan en espacios de proselitismos político. Nuestra responsabilidad es educar y animar para que las personas miembros de nuestras iglesias hagan uso de su derecho a votar de manera informada y desde la libertad de conciencia sobre la cual solo Dios tiene potestad en nuestras vidas.
• Ante la realidad de la violencia que se ha venido incrementando, el mensaje, llamado y trabajo del sínodo en los últimos años ha sido para que como Iglesia Presbiteriana de Colombia y en alianza con iglesias hermanas a nivel nacional e internacional trabajemos juntos para resolver los conflictos por medio del dialogo, la voluntad política, la mediación, la sanación de heridas que permitan hacer realidad una paz que sea fruto de la justicia. Invitamos a mantener y fortalecer este trabajo.
El Consejo del Sínodo invita a las iglesias y presbiterios a mantenerse en oración, a incrementar las acciones de diaconía y la proclamación de las buenas nuevas del evangelio que nos permitan seguir fortaleciendo la comunión en el Espíritu de Dios, la unidad y el testimonio de la Iglesia Presbiteriana en Colombia. Consejo del Sínodo, Iglesia Presbiteriana de Colombia.
* Rev. Isay Pérez. Moderador
* Rev. Milton Mejía. Secretario