Carta abierta a las Iglesias en Colombia

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Justapaz, organización que hace parte de DiPaz, envió una carta abierta a las iglesias como parte de su compromiso ciudadano orientado a construir lo público, participar en la construcción de un país equitativo, elegir a nuestros gobernantes y hacer veeduría a los planes y programas de desarrollo. “Nuestra ciudadanía y experiencia de fe nos vincula a participar de manera activa en esta coyuntura electoral, analizando las propuestas de las campañas que están en contienda y teniendo en cuenta que nuestro voto define el camino hacia el bienestar, los derechos humanos, la paz y sobre todo la paz, como derecho fundamental de los pueblos y también como valor religioso ‘bienaventurados los hacedores de paz, porque serán llamados hijos de Dios (Mt.5,10)’”, versa la misiva.

Leer la carta completa aquí:

Carta abierta a las Iglesias en Colombia

Jeremías 29:7 “Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz”

Nuestro compromiso ciudadano está orientado a construir lo público, participar en la construcción de un país equitativo, elegir a nuestros gobernantes y hacer veeduría a los planes y programas de desarrollo; así seremos capaces de convivir en medio las diferencias, superar las causas de la pobreza y avanzar hacia la superación pacífica de los conflictos. Como cristianos, nuestra ciudadanía está en relación con el mandato de la paz de Dios, la exigencia de la justicia restaurativa y vivir el ministerio de la reconciliación, bien dice el salmista “los líderes sabios sostienen la justicia y el bien común, especialmente para aquellos que viven en la pobreza (Salmo 72:12-14).

En la actual coyuntura democrática del país, estamos convocados a elegir el próximo gobierno, teniendo presente que se requieren planes de gobiernos orientados al respeto de los derechos humanos, la superación de la pobreza, dar respuesta a las agendas sociales planteadas en el marco del paro y la movilización social, y por supuesto exigir la implementación integral de los acuerdos de paz (desarrollo rural, participación, derechos de las víctimas, erradicación de los cultivos de uso ilícito, reincorporación…) y superar toda violencia a partir de la noviolencia y el diálogos social. Como ven estos temas y aquellos que nos llevan al bienestar, el bien común y la paz.

Nuestra ciudadanía y experiencia de fe nos vincula a participar de manera activa en esta coyuntura electoral, analizando las propuestas de las campañas que están en contienda y teniendo en cuenta que nuestro voto define el camino hacia el bienestar, los derechos humanos, la paz y sobre todo la paz, como derecho fundamental de los pueblos y también como valor religioso “bienaventurados los hacedores de paz, porque serán llamados hijos de Dios (Mt.5,10). Hablar de Paz, vivir la espiritualidad de la Noviolencia y construir paz, es propio del pueblo creyente. Ya desde la época del Antiguo Testamento se habla de “Shalom” que podría entenderse como totalidad, integridad, salud, bienestar y prosperidad, y que nuestras biblias traducen como paz. Siendo así, la Paz algo más que la ausencia de guerra o conflicto, es un estado de bienestar integral o buen vivir el cual tiene una dimensión comunitaria, pues el Shalom no se logra si todos no lo tienen como lo dice Jeremías 29:7 “Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz”.

A su vez, en el nuevo testamento se sigue hablando de paz, se menciona que Dios es el Dios de Paz (2 Co 13.11), Jesucristo es Señor de Paz (2 Tes 3.16), el Espíritu de Dios es Espíritu de Paz (Gal 5.22), el reino de Dios es reinado de Paz (Ro 14.17), el evangelio es la buena noticia de Paz (Hch 10.36). Para los creyentes hablar de Paz tiene implicaciones sociales, comunitarias y personales. De tal manera que la agenda de Paz de los candidatos y candidatas a la presidencia de la República, es un asunto del pueblo cristiano que no solo aparece en elecciones, sino que es parte integral de nuestra identidad como Iglesia.

De ahí que el discernimiento personal y comunitario (lo cual implica un ejercicio libre, autónomo y no coercitivo por parte de feligreses y líderes eclesiales), que se da por la lectura atenta a los programas de gobierno, el análisis de sus implicaciones en materia de paz, su contraste con las realidades de nuestros territorios y la puesta en diálogo de los mismos con las escrituras y nuestra fe, sea una tarea eclesial en estos momentos cercanos a las elecciones y en los que la Paz está en juego.

La Paz para el pueblo colombiano significa el cese de la guerra, oportunidades para el desarrollo del campo, el cuidado de la creación, un modelo económico que no extraiga la vida de nuestros jóvenes ni del medio ambiente, disminución de las brechas entre campo y ciudad, eliminación de las violencias contra las mujeres y contra toda forma de vida, trabajo digno y educación para los más jóvenes. La Paz es la memoria de las víctimas, el acceso a la verdad y las garantías de no repetición, es la posibilidad de volver a la tierra de donde se fue desplazado sin el miedo a volver a serlo otra vez. La Paz para Colombia es acabar con el asesinato de líderes sociales y firmantes del acuerdo de paz. La Paz es un bienestar integral para toda la comunidad y no beneficios para unos pocos.

Como creyentes sabemos que tenemos la responsabilidad de participar de las elecciones primero, mediante la oración por el destino de la nación; segundo, ambientando debates, foros y conversaciones sobre las diferentes propuestas; tercero, ejerciendo el derecho al voto; y, por último, haciendo veeduría al proceso electoral para que se realice de manera transparente y honesta. Así, siguiendo el ejemplo de Jesús aportamos a la esfera de lo público de nuestra nación. Confiamos en que el Dios de Paz actúa por medio de su pueblo y que un pueblo conectado, en oración con el cielo y en discernimiento con la tierra, puede votar libremente con la esperanza de una Colombia en Paz. Por lo anterior desde la Red Nacional de Iglesias Santuarios de Paz y la Asociación Cristiana Menonita para Justicia Paz y Acción Noviolenta – Justapaz, invitamos a cada creyente, desde su ejercicio ciudadano, a decir: ¡Yo Voto Consciente, Voto por la Paz!

Martín Nates

Director Justapaz

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