El Comité Nacional de Participación – CNP, es una instancia transitoria creado por la Mesa de Diálogo entre el Gobierno de Colombia y el Ejecito del Liberación Nacional – ELN que dieron a conocer como resultado del acuerdo No. 9 de La Habana cuyo objetivo es facilitar el desarrollo de la fase de diseño del proceso de la participación de la sociedad civil en la construcción de paz. Este comité está integrado por 81 representantes de 30 sectores de la sociedad colombiana donde incluyeron representación del sector religioso o de comunidades de fe.
El Diálogo Intereclesial por la Paz – Dipaz, es uno de los sectores de las comunidades de fe que fue invitado a participar en el CNP, junto con la Conferencia Episcopal de Colombia, CEDECOL y la Mesa Interreligiosa del Ministerio del Interior, que delego a una mujer musulmana para que hiciera parte de esta instancia.
El objetivo de la participación de la sociedad civil en el acuerdo No. 9 de la Habana indica que es “Construir una agenda de transformaciones para la paz, impulsada a partir de una alianza social y política que conlleve a una Gran Acuerdo Nacional para la superación del conflicto” que hemos vivido en Colombia en todas sus manifestaciones. De acuerdo con esto la inclusión del sector de comunidades de fe en el CNP es de gran importancia ya que de hecho se reconoce su importancia para que pueda aportar a la agenda que se busca construir.
Desde su instalación el 3 de agosto el CNP ha realizado tres plenarios y sus integrantes se organizaron en cinco comités que se han reunido en varias ocasiones para planear la realización de cerca de 30 encuentro sectoriales con temas nacionales y regionales, los cuales se deben realizar entre septiembre y la primera quincena de diciembre de 2023. Durante los plenarios y las reuniones de los comités realizadas se ha avanzado en la construcción de criterios y metodologías del trabajo para realizar esta etapa de diseño, se desarrolló un seminario sobre proceso de participación para la paz en otros lugares del mundo y en Colombia, también se ha empezado a realizar un mapeo de sectores para participar con énfasis en incluir sectores de la sociedad que muy poco participan de estos procesos, se constituyo una comisión para atender el tema de la seguridad de quienes participan en este proceso. El CNP cuenta con una secretaría técnica de apoyo.
En la participación que he tenido en el CNP he contribuido a poner en la agenda la necesidad de reflexionar y tener en cuenta el roll de lo religioso en la construcción de paz. También junto con los representantes de los otros sectores de las comunidades de fe construimos una propuesta para realizar un proceso de encuentro de nuestro sector que no estaba incluido en lo planeado y he ayudado en convocar a organizaciones de la sociedad civil del Caribe para preparar la realización del encuentro en esta región.
En general este proceso tiene el desafío de diseñar lo que las partes en la mesa han definido como el carácter de la participación de la sociedad civil “que debe ser activa, propositiva, incluyente, deliberativa, vinculante y eficaz”, ya que la participación debe tener en su centro a la voz de las comunidades, pueblos y territorios urbanos y rulares dado que la paz integral es una construcción colectiva donde la sociedad civil es indispensable.
En esta perspectiva, los desafíos que he visto, creo que están la necesidad de diseñar un proceso de participación que sea amplia donde se incluyan la gran diversidad de sectores de nuestra sociedad para que identifiquemos las problemáticas que generan violencias, las cuales afectan a la mayoría de la población y a partir de estas construir una agenda de transformación que permita la reconciliación y haga posible vivir en paz. Para esto es necesario dejar de ver la participación como una lista de pedidos de la sociedad civil y avanzar en la construcción de propuestas y experiencias de convivencia en paz entre los diferentes grupos humanos que han estado en conflicto en los territorios rurales y urbanos que habitamos.
Por parte de las comunidades de fe, si bien Colombia es un país cristiano de tradición católica, cada día otras iglesias y sectores religiosos emergen en la sociedad reclamando espacio público para la construcción de paz. Por esta razón es necesario que las comunidades de fe reflexionemos sobre como contribuimos a una cultura de no violencia y de convivencia en paz. Para lograr esto lideres de Dipaz se han venido reuniendo con representantes de otros sectores de iglesias para realizar encuentros durante octubre que permitan avanzar en este propósito.
Junto con esto las comunidades de fe deben fortalecer sus proyectos y programas educativo y sociales que ofrecen posibilidades de mejores condiciones de vida y justicia a grupos excluidos en los territorios urbanos y rulares donde tienen presencia que hagan realidad el anhelo de Dios de una humanidad que conviva reconciliada y en paz.
Por: Milton Mejía, Coordinador Nacional de Dipaz e integrante del CNP.