En una emotiva reunión las Mujeres de la vereda de Pondores, Fonseca, Guajira, de las comunidades aledañas (Las Marimondas, Las bendiciones, Las Colonias) y corregimiento de Conejo decidieron dejar atrás años de dolor y guerra, para apostarle a la vida a través de un encuentro en el cual se evidenciaron los liderazgos, los procesos de reconciliación y se combatió el estigma.
Valledupar, Cesar. DiPaz, Diálogo interclesial por la Paz, organizó un espacio bajo el nombre de Café y paz: Encuentro de mujeres por la reconciliación y la convivencia, con el objetivo de crear escenarios que faciliten los procesos de reconciliación y convivencia entre las mujeres firmantes del acuerdo de paz en la vereda de Pondores, Guajira, las mujeres de las veredas aledañas (Las Marimondas, Las bendiciones, Las Colonias) y corregimiento de Conejo.
Este acto de reconciliación, realizado el pasado 16 de noviembre de 2020 e impulsado por DiPaz Caribe es una muestra del trabajo que se viene realizando en la región y que busca promover la convivencia, la reconciliación, la Noviolencia y la construcción de la paz; y que reitera el compromiso de paz de los y las firmantes; contribuyendo al fortalecimiento de los procesos de diálogo que allí se viene gestando.
DiPaz se une a la creación de estos espacios de diálogo y reflexión a través de este tipo de encuentros que buscan fortalecer, acompañar y hacer visibles estas iniciativas de paz. El enfoque es amplio y la estrategia pone en marcha las herramientas para iniciar procesos de liderazgo, combatir el estigma y llevar a la práctica talleres sobre reconciliación y convivencia en toda la región.
En este encuentro se contó también con la participación de la Asociación de mujeres cafeteras del Perijá, el Consejo Comunitario de mujeres Afrodescendientes y la Agenda de mujeres de Fonseca, y representantes de las mujeres víctimas del corregimiento de Conejo.
Entre todos y todas se construyó una agenda común donde cada organización expuso un proyecto piloto para ser replicado en las demás veredas aledañas. Las mujeres presentaron, algunas con palabras emotivas, cómo pudieron vencer la estigmatización, enfrentar sus miedos, angustias y enojos por el pasado de violencia al cual sometidas. En sus ojos brillaba la sinceridad de un perdón genuino y el deseo de seguir creando estos escenarios para la reconciliación, como un elemento fundamental de oportunidades nuevas que les ayuden a tejer esperanza y sembrar paz en una sociedad tan violenta y segmentada.
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